No obstante, no era la única banda en Gran Bretaña que sonaba dura: lo diferente de su propuesta fue el combo de sus atmósferas y letras relacionadas con el ocultismo y el satanismo. Sonido de tormenta, lejanas campanadas le dan al comienzo de este disco -con el tema Black Sabbath- un ambiente de terror que provocó en aquella juventud una inesperada atracción por ese misterio que genera lo sobrenatural.
Así, de pasar inadvertido, el grupo comenzó desde ese momento a ser reconocido como dentro de una corriente ocultista: ahí nació esa relación entre heavy-metal y satanismo. Sí, fueron ellos. La letra escrita por el bajista Butler es confusa, al punto que el propio creador dijo que se entendió al revés. “Más que una oda al satanismo, la idea era advertir del peligro de estas prácticas”. Evidentemente, en la confusión salieron favorecidos.
Hay otros temas originales, como The Wizard, cuya letra está inspirada en el personaje de Gandalf, de El Señor de los Anillos: la música es un blues eléctrico duro con un atrevido unísono de guitarra y armónica, tocada por Osbourne. Luego, Behind the Wall of Sleep es un rock con cambios de clima y en donde juegan con el contraste entre el rock cuadrado y el lirismo de la voz. N.I.B. abre con un curioso solo de bajo, mientras la letra retoma el tema de las tentaciones del demonio. El riff y la colocación de la voz se parecen demasiado a Sunshine Of Your Love, de Cream.
En Evil Woman, del grupo norteamericano Crow, la voz camina sobre un riff de guitarra y bajo, un estribillo tiene un clima bien de grupo inglés de los años ’60 y el corto solo de Iommi es quizás de los mejores del disco. Sleeping Village tiene una introducción de arpegio y voz que luego deviene en un riff, para avanzar sobre un arreglo instrumental poco claro; más bien parece un rompecabezas. El disco termina con Warming, un clásico del estilo de la banda, con la voz de Osbourne arriba del sonido saturado del grupo.
Hasta aquí la música, pero, sin dudas, la tapa del disco jugó un papel determinante: mientras que los músicos de la banda se hacían los misteriosos afirmando que la mujer, que daba muy bien el aspecto de bruja, había aparecido misteriosamente en la foto de la casa que está detrás, no fue otra cosa que un fotomontaje. En este sentido, en la tapa original también pueden entreverse un ángel y un demonio sobre el árbol que está a la derecha de la foto.
En fin, todo diseñado para lograr un efecto que tuvo una profunda repercusión en el público.
A Black Sabbath se los relacionó durante años con el satanismo sobre el
que los músicos por aquel tiempo tampoco querían ahondar.
El inesperado éxito del primer disco del grupo tentó al sello discográfico para lanzar el siguiente cuanto antes. Se quería aprovechar esa ola de entusiasmo que había conquistado la banda, mientras que los directivos del sello no creían en la duración de este frenesí rock-ocultista, de ahí que le propusieron a Black Sabbath hacer un segundo disco que se iba a llamar War Pigs, que entraron a grabar en junio de 1970 y que editaron finalmente con el sintomático nombre de Paranoid.
El lanzamiento fue el viernes 18 de septiembre de 1970, fecha que coincidió con la noticia de la muerte de Jimi Hendrix por una sobredosis de barbitúricos, tomados de manera accidental.
Black Sabbath nació a fines de 1967 como fusión de dos bandas de la zona de Aston, un barrio industrial de Birmingham; Iommi y Ward venían de separarse de Mythology, mientras que Butler y Osbourne, de Rare Breed. Al cuarteto le sumaron una guitarra rítmica y un saxofonista, y bautizaron a esta banda con el insospechado nombre de The Polka Tulk Blues Company, que se redujo por motivos prácticos a Polka Tulk hasta que despidieron al guitarrista y al saxofonista y se llamaron Earth; la banda hacía versiones de Jimi Hendrix, Cream y del trío norteamericano Blue Cheer, es decir, sintonizaban con la actualidad, aunque no salían de ser un grupo de covers.
Quizá la dirección que tomó el grupo posteriormente se debió al regreso de Iommi, tras una corta temporada con el flautista Ian Anderson y los Jethro Tull, a lo que sería Black Sabbath. “Aprendí que para triunfar hay que trabajar duro; con ese espíritu me reintegré a la banda”, dijo el guitarrista, en una entrevista televisiva a comienzos de los ’70. Mientras tocaban como Earth, nombre que le daba a la banda una connotación marcadamente trabajadora, se enteraron que había otro con ese nombre, algo casi insoportable en vista de la identificación que los grupos de rock hacen de sus nombres, casi como si fueran equipos de fútbol.
Frente a la sala de ensayos del grupo, en Birmingham, un viejo cine proyectaba una película de terror italiana, con nada menos que Boris Karloff como protagonista de Las tres caras del miedo (1963), que tradujeron libremente en los afiches como Black Sabbath. Butler, músico observador si los hay, no podía creer las colas que se generaban para ver ese filme tan poco recomendable en términos de calidad. “¿Cómo puede ser que la gente gaste dinero en una película de miedo?”, se preguntaba el bajista que, más allá de su incredulidad, aprovechó esa vivencia y escribió la letra de un tema que tituló Black Sabbath, inspirada en una novela del escritor de best sellers Dennis Wheatley, muy imbuido por el ocultismo.
Earth, entonces, pasó a llamarse Black Sabbath y, al usar en su famoso tema intervalos de tres tonos, llamado tritono o Intervalo del Diablo, sellaron su destino a un género que hasta hoy es asociado al ocultismo.