El avance de la Inteligencia Artificial (IA) ha dado lugar a una nueva arma en manos de los ciberdelincuentes: el deepfake. Esta técnica, respaldada por algoritmos, permite la creación de imágenes falsas, ya sean fotografías, vídeos o audios, que resultan increíblemente realistas, con el fin de cometer estafas virtuales o engaños en línea.
Según el Foro Económico Mundial esta amenaza crece a un ritmo anual del 900%. Estas cifras son una muestra de cómo ha escalado este ciberdelito en todo el mundo, con el fin no solo de cometer fraudes o afectar la reputación de un individuo o empresas, sino también fomentar la desinformación a través de “fake news”.
“El deepfake puede ser identificado en algunos casos ya sea por movimientos bruscos, cambios de iluminación de un fotograma al siguiente, parpadeo extraño o ausencia del mismo y falta de sincronía de los labios con el habla, sin embargo, esta amenaza no debe subestimarse”, expresó Pablo Gagliardo, director general de Noventiq Argentina, proveedor global de soluciones y servicios en transformación digital y ciberseguridad, con sede en Londres.